domingo, 19 de abril de 2009

Un final “Feliz”

                                 Mi madre y yo       

                                   Fernando y su madre Clotilde

Buenas noches, el martes 19 de este Abril tan inestable, el Señor llamo a Clotilde mi querida suegra (lo de suegra me suena fatal), ella como era una mujer muy practicante y obediente le “siguió” y nos dejo llenos de lagrimas y de vacios.

Han sido cuatro años los que he podido disfrutar de cada una de sus alegrías, sus hijos, de cada Nochevieja creada especialmente para ella, cada cita buscando escusas con mis paellas, para reunir a sus hijos y propiciar horas de cariño y alegría.

Así vivía Clotilde las reuniones con agradecimiento, aun la recuerdo sentada en la cocina o cerca de mi, mirando mis guisos, siempre palabras amables, todo estaba “buenísimo”, todo era “demasiado”.

Después de esta Nochevieja,al entrar el 2009 un ictus nos la aparto por un tiempo y fue el principio de un adiós sin prisa pero sin pausa.

Hemos tenido la suerte de que hasta la hora de adiós nos llamara por nuestro nombre,hemos tenido la suerte de poder cuidarla y darle parte del amor que ella siempre nos regalo.

Aquí en La Mancha “las despedidas” son largas, pero eso ha permitido que sus hermanas que estaban muy lejos, hayan podido ver su rostro sereno, su expresión de dulce paz y se despidieran de ella (la hermana mayor). 

Cinco hijos tuvo y  los cinco han estado llenándola de mimos y abrazos estos tres meses que el señor ha permitido que pudiéramos “dedicarle”.

Fue un gran placer conocerla y una tarea dulce cuidarla y permanecer a su lado hasta el momento de ultimo adiós, desde el cielo espero que no nos olvide porque nosotros necesitamos su dulce recuerdo en nuestras vidas

Una mujer